En medio de la nueva tormenta que se cierne por el país, ahora en el sur, es necesario llamar la atención sobre un hecho que puede fácilmente pasar desapercibido si no se habla y se puntualiza sobre el mismo. Hace unos días hemos sido testigos de la aparición de una nueva lideresa indígena que conjuntamente con Daysi Zapata, ambas de AIDESEP, llevaron la voz cantante en las negociaciones con el Premier. La voz fuerte y clara de Libia Rengifo vino a conjugarse con las demandas que Daysi venía ya planteando sin tener la repercusión que tuvo Libia en los medios por unos días. Y es que la visita del Yehude Simon a la selva central para establecer allí las negociaciones les dio a los integrantes de ARPI (1), y en particular a su lideresa y presidenta, una oportunidad histórica para visibilizarse.
De cómo se llegó a esta situación hay varias especulaciones, una expresada en diario La República del 21 de junio, que dice que el Premier en realidad iba a una reunión con representantes de CONAP, cuyo directivo Oseas Barbaran días antes había declarado que procurarían una reunión con el ministro en Selva central y habría sido interceptado por integrantes de ARPI. Pero esto está claramente en el terreno de la especulación, del chisme, por eso precisamente lo ubican en la sección del Ofidio. En todo caso, haya sido o no haya sido así, fue esta reunión un importante momento para iniciar el diálogo, acercarse mutuamente y empezar un camino de negociaciones que se vislumbra largo. Y ahí es donde queremos llegar al hacer notar que son precisamente dos mujeres indígenas, las que han estado al frente como interlocutoras válidas frente al Estado.
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Rosa Montalvo Reinoso
madamrosa1@gmail.com
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