Esta transgresión entraña la violación de varios derechos fundamentales: la vida, la libertad, al buen trato y el respeto a la dignidad.
Según la Convención Internacional de Naciones Unidas para la protección de todas las personas, se define como desaparición forzada el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la consentimiento del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de la libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley.
Según registros de organizaciones defensoras de derechos humanos en Colombia, en los últimos ocho años se reportaron 3.588 desaparecidos; es decir, 448 personas cada año. De todas, 507 fueron encontradas asesinadas, en algunos casos con señales de tortura. De las 3.081 restantes, aún no hay rastro. Estas organizaciones advierten un importante subregistro en estas cifras; o sea, existe una estadística significativa de casos no denunciados.
La desaparición forzada afecta igualmente a las mujeres, tanto dentro del marco del conflicto armado como en acciones de control social.
Es por esto que la Ruta Pacífica de las Mujeres y el movimiento Mujeres de Negro contra la guerra buscan hacer visible en la sociedad que la desaparición forzada es un crimen de lesa humanidad. De igual forma, pretenden que el Estado colombiano ratifique plenamente la Convención Internacional de Naciones Unidas para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas. Todo ello sin olvidar que las exigencias a la Verdad, Justicia, Reparación integral y garantías de No Repetición son condiciones imprescindibles para la construcción de escenarios de paz con justicia social en nuestro país.
En Colombia este crimen es una práctica sistemática, generalizada y de carácter imprescriptible; es decir, que el paso del tiempo no imposibilita la investigación y procedimiento, juzgamiento y sanción de los responsables por tribunales de justicia evitando que queden en la impunidad.
La Ruta Pacífica de las Mujeres reafirma que la desaparición forzosa es un crimen de lesa humanidad que nos atañe a todos y todas porque lesiona de por sí nuestra condición humana. Este hecho no es ocasional, afecta a personas vinculadas a diferentes actividades: trabajadores/as, estudiantes y campesinos/as, entre otras, que hacen parte de diversos sectores sociales.
Ante esto, la Ruta Pacífica de las Mujeres y las Mujeres de Negro contra la guerra hacen un llamado a la sociedad civil para actuar y tejer mayor conciencia social frente al crimen de la desaparición forzada.
Fuente:Ruta Pacífica de las Mujeres
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