viernes, 23 de abril de 2010

Mujeres tamiles ganan espacios en Sri Lanka


La activista tamil Shereen Xavier luce el sari, tradicional atuendo de Asia meridional, cuando tiene reuniones de trabajo en la capital de la provincia Nororiental de Sri Lanka. Hay cambios en la condición de la mujer, pero son lentos.

"Para que la sociedad te acepte debes llevar un sari", señaló Xavier, directora ejecutiva de la organización Hogar para los Derechos Humanos. Formada en Occidente, la activista se siente cómoda de pantalones en su oficina. Las mujeres se sienten cada vez más liberadas de sus papeles tradicionales en esta región. El cambio comenzó a ser promovido por los separatistas Tigres para la Liberación de Patria Tamil (LTTE), derrotados por el gobierno en 2009, tras casi tres décadas de lucha armada.
 
Los rebeldes no lograron crear un estado separado para la minoría tamil tras el conflicto que dejó más de 70.000 soldados, insurgentes y civiles muertos, pero contribuyeron a que las mujeres se mirasen de otra forma y a que asumieran nuevos papeles y actitudes. Muchas se vieron obligadas a abandonar sus costumbres tradicionales por circunstancias especiales, como perder a su esposo.
 
Se estima que hay miles de viudas. Aun con marido, numerosas mujeres debieron asumir la jefatura del hogar. "Tuvieron que pasar al frente", señaló Xavier, en alusión a las mujeres del norte del país. "Si alguien preguntaba por el hombre de la casa o si había disturbios fuera del hogar, ellos es quedaban y ellas salían", añadió.
 
En plena guerra, los jóvenes eran reclutados a la fuerza por el LTTE o detenidos por el ejército bajo sospecha de integrar la guerrilla o de apoyarla. "Ellas tuvieron el doble de trabajo: llevaban adelante la familia y tomaban otras decisiones", señaló una mujer de Jaffna. "La mayoría se sentían más cómodas con las actividades tradicionales", añadió. Finalmente, la sociedad comenzó a darles más espacio.
 
En la actualidad, muchas mujeres toman decisiones sobre la salud y la educación familiar, una típica responsabilidad tradicional de los hombres. La estructura de castas se quebró cuando los rebeldes controlaron esta zona, indicó Xavier.
 
La mayoría de los integrantes del LTTE pertenecían a la casta más baja, incluido su líder histórico Velupillai Prabhakaran. Muchos tamiles de la casta alta se vieron obligados a repensar el sistema porque los insurgentes jóvenes solían ser llamados con afecto "thambi" (nuestros muchachos) cuando la lucha fue más popular y tuvo más apoyo.
 
El LTTE difundió una visión romántica de la lucha y la presentó como una oportunidad para que los jóvenes se liberaran de las ataduras sociales y de la presión de sus mayores. Los rebeldes incluso aceptaron mujeres. Numerosas adolescentes se convirtieron en bravas jóvenes de pantalón y camiseta que portaban sus armas con autoridad. "Las mujeres tenían esa noción romántica de la libertad y buscaban probar la igualdad, lo que los guerrilleros les ofrecían. Pero fue una ilusión de igualdad", apuntó Xavier. "En una época, nuestros modelos eran mujeres como Adele Balasingham, quien se sentaba junto a su esposo, Anton, y hablaba a la par, algo nunca visto en Jaffna", recordó. Balasingham era el responsable estratégico del LTTE y su esposa australiana era, de hecho, la jefa del grupo femenino. Él murió por su delicado estado de salud y Adele, enfermera de profesión, vive en Gran Bretaña. Xavier volvió a Jaffna en 2007, dos años antes de la derrota del LTTE, para continuar con el trabajo de su padre como abogada de derechos civiles.
 
La organización en la que trabaja defiende los derechos de la minoría tamil y les ofrece asistencia legal sin costo.
 
Las mujeres se van haciendo un espacio de forma gradual en este país, subrayó. "Pero llevará mucho tiempo alcanzar la situación de sus pares del resto de Sri Lanka. Ninguna mujer usa jeans ni pantalones, salvo algunas tamiles educadas en Occidente que trabajan aquí o llegan de visita, algunas funcionarias de otro origen y cientos de turistas cingalesas, la etnia mayoritaria de Sri Lanka, que visitan el norte tras el fin de los combates. Eso sí, se pueden ver mujeres en scooter, típica imagen de hace 30 años
 
Por Feizal Samath
Fuente: IPS

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