miércoles, 27 de octubre de 2010

Burka, leyes y derechos de las mujeres en Francia


El destino de las mujeres portadoras del velo islámico integral (burka ) en Francia, quedó un poco en suspenso tras la aprobación de la ley que prohíbe el uso de esta prenda en los espacios públicos. Tal proscripción, apoyada por la mayoría de las organizaciones feministas, que consideran este atuendo un símbolo de discriminación, pudiera significar la total reclusión de esas mujeres.

La legislación aprobada finalmente por el Senado galo, el 14 de septiembre pasado, propone multar con 150 euros a quienes usen el velo integral en los lugares públicos, una sanción ligera "porque por lo regular la víctima es la mujer", dicen sus defensores.

En otro artículo de la ley aprobada, se establece que el acto de imponer el disimulo del rostro a través de la violencia, la amenaza, el abuso de poder o de autoridad, se castigará con un año de prisión y 15 mil euros de multa. Se prevé un período de "prácticas o pedagogía" de seis meses para comenzar la aplicación de la ordenanza en la primavera de 2011.

ANTECEDENTES

"La burka no es bienvenida en Francia", dijo en junio de 2009 el presidente de la República, Nicolás Sarkozy, para marcar el inicio del ocaso de una prenda usada en la nación gala por un reducido grupo de mujeres musulmanas. Nunca un anuncio del mandatario galo, tuvo tanto apoyo, tanto de partidos de la derecha como de izquierda, asociaciones religiosas o de defensa de los derechos humanos y la población, conformaron una voluntad casi unánime por extinguir el velo islámico integral.

La directora general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Irina Bokova, manifestó su rechazo al uso de la burka en las mujeres.

En un comunicado señaló que se declara "personalmente contra la burka" porque no enaltece la figura de la mujer. Bokova eludió pronunciarse respecto a si es correcta la proyección de Francia de prohibir el empleo del velo integral en sectores públicos, y en cambio recalcó la relevancia de actuar para favorecer a las mujeres en el mundo.

Después de meses de diálogos, debates y contradicciones, quedó sancionado el proyecto de ley por la Asamblea Nacional y el Senado.

La legislación, proyectada en nombre de los valores republicanos y en defensa de la dignidad de la mujer, se aprobó como una ordenanza contra cualquier forma de ocultación del rostro por seguridad y sospecha de terrorismo.

Los partidarios de izquierda desconfiaban de una inobservancia a la Carta Magna, y preferían acudir a otros métodos sin llegar a legislar al respecto. No obstante, el pasado 7 de octubre el Consejo Constitucional validó la ley que veta la burka portada por algunas mujeres que les cubre el cuerpo totalmente con una rejilla en los ojos y en el caso del niqab quedan visibles los mismos, sólo con la reserva de poder autorizarse en los lugares públicos de culto.

EL CASO DE ANNE

Francesa, hija de franceses y casada con un francés musulmán, Anne pertenece al grupo ínfimo de mujeres que porta la burka en este país y será sancionada por la ley si sale a la calle totalmente cubierta. Anne se niega a aceptar lo que califica de imposición absurda y se rebelará, según anticipó a Prensa Latina.

Como francesa nacida en el país que siempre da lecciones al mundo sobre derechos humanos, no entiendo por qué no puedo vestirme como deseo y siento que mis derechos fundamentales son violados, expresó.

¿Alguien nos preguntó qué pensamos? No somos numerosas, no atacamos la integridad física ni moral de ninguna persona y nos conciben tan importantes como para crear una ley, se quejó Anne, quien aseguró que porta el velo por gusto propio, sin imposiciones.

Algunos críticos de la ley piensan que se trata una vez más de desviar la atención para ocultar problemas mayores, de índole política, económica o social.

En junio pasado, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, votó en contra de prohibir el velo islámico integral. El órgano consideró que se le negaría el derecho a cubrir su rostro a las mujeres según su deseo y propiciaría el encierro de éstas, limitándoles el contacto social. La Asamblea valoró que la proscripción de la prenda, sólo podría justificarse por razones de seguridad o cuando las funciones públicas o profesionales de quien lo porte, le impongan la demostración de neutralidad religiosa o mostrar el rostro.

Por Marlen Borges
(*) La autora es corresponsal de Prensa Latina en Francia.
Fuente: Cimac Noticias

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